BIOGRAFÍA DE NEZAHUALCÓYOTL
ALGUNOS DE SUS POEMAS
Canto de la huida
(De Nezahualcóyotl
cuando andaba huyendo del señor de Azcapotzalco)
En vano he nacido,
En vano he venido a
salir
De la casa del dios a
la tierra,
¡yo soy menesteroso!
Ojalá en verdad no
hubiera salido,
Que de verdad no
hubiera venido a la tierra.
No lo digo, pero…
¿qué es lo que haré?,
¡oh príncipes que
aquí habéis venido!,
¿vivo frente al
rostro de la gente?
¿qué podrá ser?,
¡reflexiona!
¿Habré de erguirme
sobre la tierra?
¿Cuál es mi destino?,
yo soy menesteroso,
mi corazón padece,
tú eres apenas mi
amigo
en la tierra, aquí
¿Cómo hay que vivir
al lado de la gente?
¿Obra
desconsideradamente,
vive, el que sostiene
y eleva a los hombres?
¡Vive en paz,
pasa la vida en
calma!
Me he doblegado,
Sólo vivo con la
cabeza inclinada
Al lado de la gente.
Por eso me aflijo,
¡soy desdichado!,
he quedado abandonado
al lado de la gente
en la tierra.
¿Cómo lo determina tu
corazón,
Dador de la Vida?
¡Salga ya tu
disgusto!
Extiende tu
compasión,
Estoy a tu lado, tú
eres dios.
¿Acaso quieres darme
la muerte?
¿Es verdad que nos
alegramos,
que vivimos sobre la
tierra?
No es cierto que
vivimos
Y hemos venido a
alegrarnos en la tierra.
Todos así somos
menesterosos.
La amargura predice
el destino
Aquí, al lado de la
gente.
Que no se angustie mi
corazón.
No reflexiones ya más
Verdaderamente apenas
De mí mismo tengo
compasión en la tierra.
Ha venido a crecer la
amargura,
Junto a ti a tu lado,
Dador de la Vida.
Solamente yo busco,
Recuerdo a nuestros
amigos.
¿Acaso vendrán una
vez más,
acaso volverán a
vivir;
Sólo una vez
perecemos,
Sólo una vez aquí en
la tierra.
¡Que no sufran sus
corazones!,
junto y al lado del
Dador de la Vida.
Poneos de pie
¡Amigos míos, poneos
de pie!
Desamparados están
los príncipes,
Yo soy
Nezahualcóyotl,
Soy el cantor,
Soy papagayo de gran
cabeza.
Toma ya tus flores y
tu abanico
¡Con ellos ponte a
bailar!
Tú eres mi hijo,
Tú ere Yoyontzin.
Toma ya tu cacao,
La flor del cacao,
¡que sea ya bebida!
¡Hágase el baile,
No es aquí nuestra
casa,
No viviremos aquí
Tú de igual modo
tendrás que marcharte.
Canto de primavera
En la casa de las
pinturas
Comienza a cantar,
Ensaya el canto,
Derrama flores,
Alegra el canto.
Resuena el canto,
Los cascabeles se
hacen oír,
A ellos responden
Nuestras sonajas
floridas.
Derrama flores,
Alegra el canto.
Sobre las flores
canta
El hermoso faisán,
Su canto despliega
En el interior de las
aguas.
A él responden
Variados pájaros
rojos.
El hermoso pájaro rojo
Bellamente canta.
Libro de pinturas es
tu corazón
Has venido a cantar,
Haces resonar tus
tambores,
Tú eres el cantor.
En el interior de la
casa de la primavera
Alegras a las gentes
Tú sólo repartes
Flores que embriagan
Flores preciosas.
Tú eres el cantor.
En el interior de la
casa de la primavera,
Alegras a las gentes.
Alegraos
Alegraos con las
flores que embriagan,
Las que están en
nuestras manos.
Que sean puestos ya
Los collares de
flores.
Nuestras flores del
tiempo de lluvia,
Fragantes flores,
Abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
Parlotea y canta,
Viene a conocer la
casa de dios.
Sólo con nuestros
cantos
Perece vuestra
tristeza.
Oh señores, con esto,
Vuestro disgusto de
disipa.
Las inventa el Dador
de la vida,
Las ha hecho
descender
El inventor de sí
mismo,
Flores placenteras,
Con ellas vuestro
disgusto se disipa.
Soy Rico
Soy rico,
Yo, el señor
Nezahualcóyotl.
Reúno el collar,
Los anchos plumajes
de quetzal,
Por experiencia
conozco los jades,
¡son los príncipes
amigos!
Me fijo en sus
rostros,
Por todas partes
águilas y tigres,
Por experiencia
conozco los jades,
Las ajorcas
preciosas…
Solamente Él
Solamente él,
El Dador de la Vida.
Vana sabiduría tenía
yo,
¿Acaso alguien no lo
sabía?
¿Acaso alguien?
No tenía yo contento
al lado de la gente.
Realidades preciosas
hacer llover,
De ti proviene tu
felicidad,
¡Dador de la vida!
Olorosas flores,
flores preciosas,
Con ansia yo las
deseaba,
Vana sabiduría tenía
yo…
Estoy Triste
Estoy triste, me
aflijo,
Yo, el señor
Nezahualcóyotl.
Con flores y con
cantos
Recuerdas a los
príncipes,
A los que se fueron,
A Tezozomoctzin, a
Quaquauhtzin.
En verdad viven,
Allá en donde de
algún modo se existe.
¡Ojalá pudiera yo
seguir a los príncipes,
llevarles nuestras
flores!
¡Si pudiera yo hacer
míos
los hermosos cantes
de Tezozomoctzin!
Jamás perecerá tu
nombre,
¡oh mi señor, tú,
Tezozomoctzin!
Así, echando de menos
tus cantos,
Me he venido a
afligir,
Sólo he venido a
quedar triste,
Yo a mí mismo me
desgarro.
He venido a estar
triste, me aflijo.
Ya no estás aquí, ya
no,
En la región donde de
algún modo se existe,
Nos dejaste sin
provisión en la tierra,
Por esto, a mí mismo
me desgarro.
Yo lo Pregunto
Yo Nezahualcóyotl lo
pregunto:
¿Acaso de veras se
vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre
en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se
quiebra,
Aunque sea de oro se
rompe,
Aunque sea plumaje de
quetzal se desgarra.
No para siempre en la
tierra:
Sólo un poco aquí.
Percibo lo Secreto…
Percibo lo secreto,
lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos
mortales,
De cuatro en cuatro
nosotros los hombres,
Todos habremos de
irnos,
Todos habremos de
morir en la tierra…
Nadie en jade,
Nadie en oro se
convertirá:
En la tierra quedará
guardado
Todos nos iremos
Allá, de igual modo.
Nadie quedará,
Conjuntamente habrá
que perecer,
Nosotros iremos así a
su casa.
Como una pintura
Nos iremos borrando.
Como una flor,
Nos iremos secando
Aquí sobre la tierra.
Como vestidura de
plumaje de ave zacuán,
De la preciosa ave de
cuello de hule,
Nos iremos acabando
Nos vamos a su casa.
Se acercó aquí
Hace giros la
tristeza
De los que en su
interior viven…
Meditadlo, señores,
Águilas y tigres,
Aunque fuerais de
jade,
Aunque allá iréis,
Al lugar de los
descarnados…
Tendremos que
desaparecer
Nadie habrá de
quedar.
Estoy Embriagado
Estoy embriagado,
lloro, me aflijo,
Pienso, digo,
En mi interior lo
encuentro:
Si yo nunca muriera,
Si nunca
desapareciera.
Allá donde no hay
muerte,
Allá donde ella es
conquista,
Que allá vaya yo…
Si yo nunca muriera,
Si yo nunca
desapareciera.
¿A dónde iremos?
¿A dónde iremos
donde la muerte no
existe?
Mas, ¿por esto viviré
llorando?
Que tu corazón se
enderece:
Aquí nadie vivirá por
siempre.
Aun los príncipes a
morir vinieron,
Los bultos funerarios
se queman.
Que tu corazón se
enderece:
Aquí nadie vivirá
para siempre.
Lo Comprende mi
Corazón
Por fin lo comprende
mi corazón:
Escucho un canto,
Contemplo una flor:
¡Ojalá no se
marchiten!
No acabaran mis
flores
No acabarán mis
flores,
No cesarán mis
cantos.
Yo cantor los elevo,
Se reparten, se
esparcen.
Aun cuando las flores
Se marchitan y
amarillecen,
Serán llevadas allá,
Al interior de la
casa
Del ave de plumas de
oro.
Con Flores Escribes…
Con flores escribes,
Dador de la vida,
Con cantos das color,
Con cantos sombreas
A los que han de
vivir en la tierra.
Después destruirás a
águilas y tigres,
Sólo en tu libro de
pinturas vivimos,
Aquí sobe la tierra.
Con tinta negra
borrarás
Lo que fue la
hermandad,
La comunidad, la
nobleza.
Tú sombreas a los que
han de vivir en la tierra.
En el Interior del
Cielo
Sólo allá en el
interior del cielo
Tú inventas tu
palabra,
¡Dador de la vida!
¿Qué determinarás?
¿Tendrás fastidio
aquí?
¿Ocultarás tu fama y
tu gloria en la tierra?
¿Qué determinarás?
Nadie puede ser amigo
Del Dador de la vida…
Amigos, águilas,
tigres,
¿a dónde en verdad
iremos?
Mal hacemos las
cosas, oh amigo.
Por ello no así te
aflijas,
Eso nos enferma, nos
causa la muerte.
Esforzáos, todos
tendremos que ir
A la región del
misterio.
¿Eres Tú Verdadero…?
¿Eres tú verdadero (
tienes raíz )?
Sólo quien todas las
cosas domina,
El Dador de la vida.
¿Es esto verdad?
¿Acaso no lo es, como
dicen?
¡Que nuestros
corazones
no teman tormento!
Todo lo que es
verdadero,
(lo que tiene raíz),
dicen que no es
verdadero
(que no tiene raíz).
El Dador de la vida
Sólo se muestra
arbitrario.
¡Que nuestros
corazones
no tengan tormento!.
No en Parte Alguna…
No en parte alguna
puede estar la casa del inventor de sí mismo.
Dios, el señor
nuestro, por todas partes es invocado,
Por todas partes es
también venerado.
Se busca su gloria,
su fama en la tierra.
El es quien inventa
las cosas,
Él es quien se
inventa a sí mismo: Dios.
Por todas partes es
invocado,
Por todas partes es
también venerado.
Se busca su gloria,
su fama en la tierra.
Nadie puede aquí
Nadie puede ser amigo
Del Dador de la vida:
Sólo es invocado,
A su lado,
Junto a él,
Se puede vivir en la
tierra.
El que lo encuentra,
Tan sólo sabe bien
esto: él es invocado,
A su lado, junto a
él,
Se puede vivir en la
tierra.
Nadie en verdad
Es tu amigo,
¡oh Dador de la vida!
Sólo como si entre
las flores
Buscáramos a alguien,
Así te buscamos,
Nosotros que vivimos
en la tierra,
Mientras estamos a tu
lado.
Se hastiará tu
corazón.
Sólo por poco tiempo
Estaremos junto a ti
a tu lado.
No enloquece el Dador
de la vida,
Nos embriaga aquí.
Nadie puede estar
acaso a su lado,
Tener éxito, reinar
en la tierra.
Sólo tú alteras las
cosas,
Como lo sabe nuestro
corazón:
Nadie puede estar
acaso a su lado,
Tener éxito, reinar
en la tierra.
Canto de
Nezahualcóyotl de Acolhuacan
(con que saludó a
Moctezuma el viejo,
cuando estaba éste
enfermo).
Miradme, he llegado.
Soy blanca flor, soy
faisán,
Se yergue mi abanico
de plumas finas,
Soy Nezahualcóyotl.
Las flores se
esparcen,
De allá vengo, de
Acolhuacan.
Escuchadme, elevaré
mi canto,
Vengo a alegrar a
Moctezuma.
¡Tatalilili,
papapapa, achala, achala!
¡Qué sea para bien!
¡que sea en buen
momento!
Donde están erguidas
las columnas de jade,
Donde están ellas en
fila,
Aquí en México,
Donde en las obscuras
aguas
Se yerguen los
blancos sauces,
Aquí te merecieron
tus abuelos,
Aquel Huitzilíhuitl,
aquel Acamapichtli.
¡Por ellos llora, oh
Moctezuma!
Por ellos tú guardas
su estera y su solio.
El te ha visto con
compasión,
Él se ha apiadoado de
ti, ¡oh Moctezuma!
A tu cargo tienes la
ciudad y el solio.
Por ello llora, ¡Oh
Moctezuma!
Estás contemplando el
agua y el monte, la ciudad,
Allí ya miras a tu
enfermo,
¡oh Nezahualcóyotl!
Allí en las obscuras
aguas,
En medio del musgo
acuático,
Haces tu llegada a
México.
Aquí tú haces
merecimiento,
Allí ya miras a tu
enfermo.
Tú, Nezahualcóyotl.
El águila grazna,
El ocelote ruge,
Aquí es México,
Donde tú gobernabas
Itzcóatl.
Por él, tienes tú
ahora estera y solio.
Donde hay sauces
blancos
Sólo tu reinas.
Donde hay blancas
cañas,
Donde se extiende el
agua de jade,
Aquí en México.
Tú, con sauces
preciosos,
Verdes como jade,
Engalanas la ciudad,
La niebla sobre
nosotros se extiende,
¡que broten flores
preciosas!
¡que permanezcan en
vuestras manos!
Son vuestro canto,
vuestra palabra.
Haces vibrar tu
abanico de plumas finas,
lo contempla la garza
lo contempla el
quetzal.
¡Son amigos los
príncipes!
La niebla sobre
nosotros se extiende,
¡que broten flores
preciosas!
¡que permanezcan en
vuestras manos!
Son vuestro canto,
vuestra palabra.
Flores luminosas
abren sus corolas,
donde se extiende el
musgo acuático,
aquí en México.
Sin violencia
permanece y prospera
en medio de sus
libros y pinturas,
existe la ciudad de
Tenochtitlan.
El la extiende y la
hace florecer,
él tiene aquí fijos
sus ojos,
los tiene fijos en
medio del lago.
Se han levantado
columnas de jade,
de en medio del lago
se yerguen las columnas,
es el Dios que
sustenta la tierra
y lleva sobre sí al
Anáhuac
sobre el agua
celeste.
Flores preciosas hay
en vuestras manos,
con verdes sauces
habéis matizado a la ciudad,
a todo aquello que
las aguas rodean,
y en la plenitud del
día.
Habéis hecho una
pintura del agua celeste,
la tierra del Anáhuac
habéis matizado,
¡oh vosotros señores!
A ti, Nezahualcóyotl,
a ti, Motecuhzoma,
el dador de la vida
os ha inventado,
os ha forjado,
nuestro padre, el
Dios,
en el interior mismo
del agua.
He Llegado
He llegado aquí,
soy Yoyontzin.
Sólo busco las
flores,
sobre la tierra he
venido a cortarlas.
Aquí corto ya las
flores preciosas,
para mí corto
aquellas de la amistad:
son ellas tu ser, oh
príncipe,
yo soy
Nezahualcóyotl, el señor Yoyontzin.
Ya busco presuroso
mi canto verdadero,
y así también busco
a ti, amigo nuestro.
Existe la reunión:
es ejemplo de
amistad.
Por poco tiempo me
alegro,
por breve lapso vive
feliz
mi corazón en la
tierra.
En tanto yo exista,
yo, Yoyontzin,
anhelo las flores,
una a una las recojo,
aquí donde vivimos.
Con ansia yo quiero,
anhelo,
la amistad, la
nobleza,
la comunidad.
Con cantos floridos
yo vivo.
Como si fuera de oro,
como un collar fino,
como ancho plumaje de
quetzal,
así aprecio
tu canto verdadero:
con él yo me alegro.
¿Quién es el que
baila aquí,
en el lugar de la
música,
en la casa de la
primavera?
Soy yo, Yoyontzin,
¡ojalá lo disfrute mi
corazón!
Pensamiento
¿Es que en verdad se
vive aquí en la tierra?
!No para siempre
aquí!
Un momento en la
tierra,
si es de jade se hace
astillas,
si es de oro se
destruye,
si es plumaje de
ketzalli se rasga,
!No para siempre
aquí!
Un momento en la
tierra.
Un Recuerdo que Dejo
¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos
de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi
corazón?
¿Acaso en vano
venimos a vivir,
a brotar sobre la
tierra?
Dejemos al menos
flores
Dejemos al menos
cantos
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